El piano que vino del mar.

El diseño es arte y, como tal, es universal; esto explica que desde Seúl, en Corea, nos llegue uno de los pianos más bellos del mundo, Oyster. Se trata de un piano carente de líneas rectas o esquinas, sin ángulo recto alguno y con el encanto e incluso el romanticismo de las líneas redondeadas, curvas, depuradas… Y es que Oyster está diseñado a imagen y semejanza de una ostra ¿a quién se le ocurriría pensar en un piano a la vista de una ostra? a un diseñador coreano: Kim Hyunsoec de Hs2 Design Studio.

La naturaleza es el hilo conductor de este diseño, de ella emana la idea que lleva a Hyunsoec a diseñar un piano con líneas poco habituales para este instrumento; el resultado es un diseño bello y armónico, nos atrevemos incluso a afirmar que se trata de un diseño dulce, romántico, casi ‘abrazable’ antes incluso de que comienze a regalarnos melodías.

Hay objetos eternos que se dibujan siglo tras siglo en las mismas líneas, objetos como solía ser el piano hasta que Kim Hyunsoec decidió diseñar uno en líneas nuevas matizando el diseño de tal modo que parece reinventarlo despertando en nosotros el intenso deseo de acariciarlo.